sábado, 21 de septiembre de 2013

La última vez.

La última vez que te pensé,
estaba sentado
en un bar de la esquina,
divisando nenúfares para desahuciar

Una chica de pelo incendiado
se me acercó
preguntando,
qué tenían tus vértebras
que me hacían brillar así

No le hablé de tu sonrisa
ni de las veces que,
mirando hacia el frente,
tu cabeza se perdía de inmediato
entre la multitud

E,
inmediatamente,
lo sabíamos

Que nos faltaba tiempo
para perder los papeles
y gritarnos,

Poner a fuego lento y en duda,
silencio,
penumbra,
los meses tachados,
si es que no nos daba por prender
el calendario entero

Nos sobraba tiempo para encontrar absurdos,
pero siempre había domingos
donde sentar
y servir té
a la vacilación

Con ese te extraño
te imagino
te invento

La casualidad se hizo con nosotros,
y el tiempo solo quedó enrarecido
un poco más 
que de costumbre

Así te abracé yo,
supongo,
con las manos abiertas para alcanzarte
y vacías de espera,
con ganas de dibujar la paciencia
en tus rodillas

La dulzura,
el azúcar,
la miel

Y entre todas las delicias
las sábanas,
los arrumacos festivos que nos damos sin follar,
aunque tú siempre conspirabas para no ser como ellas

La última vez que te perdí,
supe que era la definitiva

Y como nunca me gustaron las despedidas,
y tampoco llevaba reloj,
me comí a ese cabrón del adiós,
con sal



2 comentarios:

  1. Es triste, pero me han gustado mucho los versos.
    Un saludo! :)

    ResponderEliminar
  2. Después de la tormenta, siempre sale el sol. Para todo lo demás, dejémoslo en un hola caducado.

    ResponderEliminar

Yo te digo dime , y tú me dices...