A Iván le ha dejado su novia. Entre remordimientos y flashbacks, pensamos en hacer un viaje juntos. Pronto cumplirá los veinticinco, y a partir de ahí las semanas son recados al supermercado, desayunos mal hechos. Luego llegan los treinta. Y ahí te mueres, dejas de respirar en el agua. Pasas a inhalar la superficie.
- Me dejarán tieso en la playa. Juro que solo me bastará un momento para arrepentirme de no haberla dejado yo antes. Aunque, antes de dibujar mis ojos en blanco por mucho tiempo, volveré a verla. Volveré a soñarla tal y como no era.
Iván acaba su discurso etílico mordiendo un sándwich de mantequilla con pinta de llevar olvidado más de tres días en la encimera. Y entonces pienso que aún tengo veinte años y estoy aprovechando mi vida. Y por qué no seguir así para los restos.
La vida hay que aprovecharla siempre. Tenga la edad que tengas. Incluso disfrutar y aprovechar el dolor que en ocasiones viene..... Pero sabes!!!? Ese dolor también se va.
ResponderEliminarAhhhhh y tras los 30 la vida sigue.... Jajajaj
Si te has sentido ofendido porque traspasas la barrera de los veinte, disculpa. Pero lo único que se refleja en este relato es la visión del personaje acerca del mundo, no mía. De sobra me consta que el dolor no es eterno, y que la vida se hace corta como para ir llorando por las esquinas un día sí y otro también. Lo dicho, no confundamos ficción con realidad...
EliminarSaludos.
Pd: Si has llegado a leerlo por completo, te habrás dado cuenta de que el final ensalza eso mismo que tú reiteras: aprovechar al máximo cada día de la vida.
EliminarClaaaaaaaaaaaaaaaro que no me he sentido ofendido ni mucho menos. (el jajajaja, que pongo al final, pretendia dmeostrar que lo escribo en forma de broma).... Y si, tu escrito es un soplo de esperanza al final, una invitación a vivir al máximo..... un abrazo y un beso
ResponderEliminarQue pena. A todo el mundo alguna vez le han dejado. Y que decir sino que la vida sigue y nosotros debemos seguir con ella. un beso, me ha gustado!
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