Hay un trémulo silencio en tu espalda,
que juega a encadenarse,
cada vez que me desvistes
Un romance distraído que se pausa,
en tu labio superior,
y no distingue de nombre ni afecto
Yo te abrazo como si cada cosa,
fuese esencial dentro de tus costillas,
como los hilos de un cuaderno,
centenario y sin estrenar
Y te regalo poesía tonta,
de sonrisa abierta y párpados cerrados,
humedecidos de sentimiento,
que prefiere no escarmentar
Hay un trémulo silencio en tu espalda,
que juega a desvestirse,
cada vez que me encadenas
No te voy a regalar una sonrisa, no. Te voy a regalar DOS. Porque menuda creatividad tienes, chica. Keep going.
ResponderEliminarGracias, los ánimos nunca vienen mal :)
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