¿Sabéis esa sensación de que, en determinados momentos, podéis apreciar el color de las palabras? El cian de las despedidas inciertas, el amarillo cálido de un verano que no quiere terminar, o el fucsia de los besos que se dan sin ser pedidos. Hay tantas tonalidades y tan contados instantes donde poder encontrarlos...
-Quiero que te vayas.
Esas, por ejemplo, son de color rojo.
rojo vino en mi caso
ResponderEliminarGris perla en el mío. Ésto no pinta bien, y si lo aderezo con una pizca de tu rojo, tengo la combinación perfecta para empezar a hacer las maletas.
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