lunes, 9 de septiembre de 2013

La vi llover.

La vi llorar,
en el espacio que dejan la mala costumbre de los besos,
con un vestido de noche que gritaba,
y un día volcado en sus mejillas

No se lo digáis,
pero me dieron ganas de arrimarme a sus caderas
y preguntar,
cuál era el soneto que le quitaba el sueño

Me contuve de espantar
sus quejidos apegados,
sus versos de Benedetti mojados en café
solo y cortado

Y me pegué muy fuerte,
piel contra piel,
en uno de esos abrazos de sed que no saben

Qué puñetazo más irónico se hubiese llevado el autor,
el quién,
el por qué,
'porque si aún quema es que sobra algo'

Yo hubiese mordido en su acento,
en sus maneras,
en las tildes que resuenan cuando la saco a bailar

Pero no hice más que tenerla,
aguardar a la geografía de su espalda,
lunares encharcados,
sin necesidad de mapas

Y es cierto,
la vi llorar,
llover,
con palabras de doble filo,
en verano

Y no se lo digáis,
pero estaba tan bonita....

Bastó tronar y acercarse,
echar anclas por su sonrisa





2 comentarios:

Yo te digo dime , y tú me dices...